🌼 El Itan de Oxum y Oxalá: El Río que Besa la Montaña
En una era donde la humanidad apenas despertaba a los secretos del universo, los Orixás cuidaban del mundo con paciencia. Oxalá, padre de la creación, tejía con tela blanca el equilibrio del cosmos; mientras Oxum, con sus aguas suaves y doradas, susurraba el lenguaje de los sentimientos y la fertilidad.
Aunque sus caminos eran distintos, ambos sabían que sin paz interior no hay vida, y sin emoción no hay crecimiento.
Un día, los hombres comenzaron a pelear entre sí, olvidando el valor de la armonía. Oxalá descendió con su bastón para hablarles de serenidad, pero sus palabras eran ignoradas. Oxum, viendo esto, decidió no hablar... sino sanar.
Ella llenó el río con dulzura, miel y cantos, y el agua llegó hasta los pies de Oxalá. El Padre Blanco, al sentir esa caricia líquida, dejó que sus enseñanzas se mezclaran con el fluir de Oxum. El pueblo bebió de ese río, y las palabras de Oxalá comenzaron a tocar los corazones.
Desde entonces, los dos Orixás se reverencian mutuamente. Oxalá sin Oxum es sabiduría sin alma. Oxum sin Oxalá es emoción sin cimientos. Juntos son la paz que transforma, el amor que guía.
