Durante la Cuaresma, en nuestra casa de Umbanda, como en muchas otras, tapamos los Orixás y mantenemos cerrado el congal. No es una simple costumbre, sino un acto de respeto y resguardo espiritual. A lo largo de los años, a través de la doctrina, la experiencia y la observación, entendimos que este período es un momento especial, cargado de energías distintas, y por eso, lo vivimos de una manera particular.
La Cuaresma es un tiempo de introspección y purificación, no solo en el cristianismo, sino en muchas tradiciones espirituales. En la Umbanda, sentimos que durante estos días las energías se tornan más densas, los trabajos espirituales se interiorizan y el terreiro entra en un estado de pausa, dejando que la corriente espiritual actúe de otra manera.
Energía de Recogimiento: No es un tiempo de fiesta ni de grandes manifestaciones. La espiritualidad nos pide recogimiento, silencio y reflexión. Es un momento para mirar hacia adentro y fortalecer nuestra fe.
Influencia Colectiva: Vivimos en una sociedad atravesada por la cultura cristiana. Aunque Umbanda y el culto a los Orixás no son religiones cristianas, no podemos negar la influencia energética de este período. Durante la Cuaresma, muchas personas entran en procesos de ayuno, penitencia y oración, lo que genera un cambio en el astral general.
Respeto a los Guias y Orixás: Nuestros guías espirituales, los Pretos Velhos, los Caboclos, los Exus, siguen trabajando, pero de otra manera. No es que desaparezcan, sino que su energía se enfoca en la evolución individual de quienes los siguen, más que en manifestaciones públicas.
Protección Espiritual: Siempre digo que en este período hay que estar atentos. Se cree que las energías negativas o kármicas se mueven con más intensidad, buscando generar pruebas y desequilibrios. Por eso, en vez de abrir el terreiro, muchos optamos por reforzar la protección y el trabajo individual.
Preparación para la Pascua o Semana Santa: En nuestra casa, y en muchas otras, mantenemos este resguardo hasta después de la Semana Santa. Es en ese momento cuando la energía se renueva y volvemos a abrir las puertas con más fuerza, con la corriente espiritual lista para seguir ayudando.
No podemos olvidar ni intentar separar el sincretismo que está profundamente arraigado en nuestra práctica. Esto influye en las fechas, en los rituales y en el modo en que nos vinculamos con lo sagrado. En cada casa se vive de una manera particular, pero el respeto y el recogimiento son una constante en este tiempo.