En las tradiciones religiosas de origen africano, como la Santería, la Umbanda, el Candomblé y otras prácticas espirituales afrodescendientes, raparse la cabeza o tener el pelo corto es a menudo un componente importante de los rituales y ceremonias. Aquí hay algunas razones comunes para este acto:
Entrega y sumisión a los Orishas: En algunas tradiciones, raparse la cabeza es un acto de sumisión y entrega a los Orishas o deidades. Representa un compromiso profundo con la espiritualidad y la devoción a estas entidades divinas.
Eliminación de energías negativas: Se cree que el cabello puede retener energías negativas o malas vibraciones. Raparse la cabeza es una forma de deshacerse de esas energías no deseadas y comenzar de nuevo con una pizarra limpia.
Identificación con la comunidad religiosa: En algunas prácticas, la cabeza rapada es un distintivo que identifica a los miembros de la comunidad religiosa. Puede servir como una señal de reconocimiento entre aquellos que comparten las mismas creencias y prácticas espirituales.
Preparación para rituales específicos: En ciertos rituales o ceremonias, raparse la cabeza puede ser una preparación física y espiritual necesaria. Algunas prácticas requieren una cabeza rapada como parte de la vestimenta o preparación ritual específica.
Es importante señalar que las prácticas pueden variar entre las diferentes tradiciones y comunidades. Además, la interpretación y el significado exactos pueden depender del contexto cultural y religioso específico. Siempre es aconsejable buscar la orientación de líderes espirituales o practicantes experimentados dentro de la comunidad para comprender plenamente el significado y la importancia de tales prácticas en un contexto específico.
La Importancia del Raspado de Cabeza en la Consagración Religiosa
No podemos extender demasiado sobre el particular iniciático, por razones obvias, pero trataremos de explicar su importancia. Comenzaremos respondiendo esta pregunta con otra.
¿Puede un cirujano operar sin desinfectar el lugar donde realizará dicha operación?
Obviamente, la respuesta es No. Desde hace tiempo se viene realizando en algunos Iles religiosos lo que llaman “coronita” en la consagración de Kàri Òósá. Hay iniciados que no se rapa por consideraciones o flexibilidad de sus Ìyálórìsà o Babalórìsà, argumentando que su situación social se lo impide. Esto es incorrecto y lejos de ayudar al iniciado, lo perjudica grandemente.
El Irun (Pelo) como Aislante y Transmisor de Energías Negativas
El Irun (pelo) es un aislante y preponderante transmisor de energías negativas. Al quitarlo litúrgicamente, la persona queda expuesta libremente a que todo el ritual que conlleva, penetre conforme a su necesidad, de manera intensa, en todo su astral. La persona destinada por su Orí a ser consagrada en Òósá se supone que está maduramente preparada para ejercer su sacerdocio como es debido. El neófito debe tomar absoluta conciencia de lo importante que es permitir que se le rape el cabello.
Construyendo un Futuro como Sacerdotes: Base Sólida y Respeto por la Tradición
Lo más importante en la construcción de un nuevo objetivo o, en este caso, de nuestro futuro destino como sacerdotes es una base sólida. Si por prejuicios sociales o personales no aceptamos las reglas litúrgicas de nuestra tradición como deben ser y comenzamos a cambiar sus procedimientos, estaremos mutilando, en primer lugar, el legado de nuestros ancestros y, en segundo lugar, nuestro propio destino.
El Ebo (Sacrificio) como Fundamento de Nuestra Tradición
Si estamos destinados a ser Kàri Òósá (consagrados) y desde el primer día de nuestra iniciación comenzamos a no estar de acuerdo con el rapado por nuestro trabajo o presiones sociales, después queremos realizar un Ìyàwóraje (vestirnos de blanco el primer año) a nuestra manera por el trabajo que desempeñamos, etc., la palabra ebo (sacrificio) es fundamental en nuestra tradición.
La Importancia del Cumplimiento Estricto de Nuestra Liturgia
Si no somos capaces de sacrificarnos por nuestros Òrísàs, ¿cómo podremos después pedirles su ayuda? Meditemos al respecto y nos daremos cuenta de la importancia del cumplimiento estricto de nuestra liturgia. A quien únicamente estamos perjudicando cuando no se nos poda el pelo completamente es a nosotros mismos. No debe consagrarse una Orí (cabeza) sin raparse.
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