Orunmila, en la cosmología yoruba, es una de las deidades más reverenciadas y respetadas. Su nombre proviene de "Orun" que significa cielo y "mila" que significa testigo, lo que se traduce como "Testigo del cielo". Se le atribuye el don de la sabiduría y la capacidad de ver el destino y la fortuna de los seres humanos.
Según la mitología yoruba, Orunmila fue testigo de la creación del mundo y posee un vasto conocimiento sobre el destino y las rutas que los individuos pueden tomar en sus vidas. Se le considera el intermediario entre los seres humanos y los demás orishas, y es invocado para obtener orientación, consejo y soluciones a los desafíos y preguntas de la vida diaria.
El sistema de adivinación de Ifá es la principal herramienta a través de la cual se busca la guía de Orunmila. Este sistema se basa en un conjunto de símbolos y versos sagrados, y es administrado por sacerdotes conocidos como babalawos. Cuando una persona busca la orientación de Orunmila, se lleva a cabo un ritual en el cual el babalawo interpreta los signos arrojados en el proceso de adivinación.
Orunmila también es celebrado anualmente en la festividad de Ifá (llamada "Itá") donde se renueva y refuerza la conexión entre los practicantes y esta deidad. Además, se le honra en ocasiones especiales y ceremonias importantes, como bodas y rituales de iniciación.
Su influencia se extiende más allá de la religión yoruba, ya que su conocimiento y sabiduría han tenido un impacto significativo en las tradiciones y sistemas de creencias de la diáspora africana, incluyendo en las prácticas religiosas afroamericanas como la Santería, el Candomblé y la Umbanda.
Es importante destacar que la devoción y adoración a Orunmila varía según las comunidades y los practicantes individuales, lo que significa que hay diversas interpretaciones y prácticas asociadas a esta deidad en diferentes regiones y contextos culturales dentro del ámbito yoruba.